En el ejercicio de la revisoría fiscal, el contador público debe estar actualizado en las normas contables, esto debido a los permanentes cambios en las NIIF, es importante conocer muy bien la aplicación de las mismas, debe tener un conocimiento avanzado de finanzas, del mismo modo es una obligación estar actualizado, comprender y entender la normatividad tributaria y finalmente conocer la empresa cliente. Para esto último debe conocer de planeación estratégica, estrategias comerciales, normas en materia laboral de nómina y seguridad social, etc. Finalmente debe conocer muy bien cada uno de los sectores en los que se mueven las organizaciones que audita con el fin de emitir una opinión.
Pero adicionalmente el revisor fiscal debe conocer los riesgos en los que se encuentra envuelta la organización, tanto a nivel interno como externo, para lo cual debe investigar e involucrarse de manera integral en la operación de la empresa. Debe verificar la existencia de planes, objetivos y planeación estratégica, así como de su implementación y aplicación en toda la organización
El Revisor Fiscal debe vigilar la existencia de un sistema de control interno, políticas y su cumplimiento, las normas y exigencias del SARLAFT (sistema de prevención de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo). Es importante tener en cuenta que el Revisor Fiscal al final del ejercicio, el auditor no afirma que las cifras contenidas en los estados financieros son exactas, solamente es que son razonables o presenta razonablemente la situación financiera y los resultados. Es decir que no encontró un error material o significativo que impida tomar decisiones o que las mismas sean erradas, tanto para los socios o accionistas, como para empleados y clientes externos de la información como proveedores, clientes, entidades financieras y entidades de control.
Es por esta razón que el Revisor Fiscal debe ser un profesional bien preparado, con un conocimiento adecuado de las áreas de la empresa, un alto nivel de ética y principalmente un gran compromiso.